Entre el aroma a carne y el humo, cientos de argentinos comparten la ansiedad y la alegría por estar a un partido de la final de la Copa del Mundo.
Pese a la distancia que los separa, las costumbres son las mismas: asado, parlante con cumbia a todo volumen y compartir la pasión por el fútbol en la antesala de la sexta semifinal mundialista que afrontará la "Scaloneta".
La postal todavía sorprende a los curiosos locales que se acercan a preguntar y sacarse fotos con los hinchas argentinos.
La parrilla "oficial", cortesía de un jeque que la cedió al principio del Mundial, está ubicada sobre la calle del sector Q, pero en el parque central de los cuatro edificios hay por lo menos diez fuegos más encendidos.
Las parrillas improvisadas con los elementos más ocurrentes y las tablas de planchar como mesada para cortar la carne y la verdura es el paisaje que se repite entre las camisetas "albicelestes".
El corte más elegido es una carne similar al cuadril para sacar fileteado en sándwich pero también hay hamburguesas y varios que optaron para acompañar los morrones partidos al medio con huevo.
Los más osados fueron unos marplatenses que pusieron al fuego un cordero de doce kilos pasadas las 14 que prometían -entre risas- que iba a estar listo antes del inicio del partido.
En medio de la fiesta también estaba la preocupación de los hinchas que todavía están a la espera de conseguir un ticket.
La oferta de la reventa de iniciaba en los 200 dólares y según la categoría también se ofrecían a 800 de la misma moneda.
El estadio Lusail es el más grande del Mundial de Qatar 2022 y tiene capacidad para 88.966 espectadores pero muchas de las localidades quedaron en manos de europeos o residentes de Qatar que ofrecen los tickets en esos precios en las redes sociales y también en el centro de Doha.