Boston Celtics se hizo fuerte de local y, con una gran actuación encabezada por Jaylen Brown, Jayson Tatum y Marcus Smart, se impuso este miércoles ante Golden State Warriors por 116-100 en el tercer partido de las Finales de la NBA, que ahora lideran 2-1.
Brown, que cerró su noche con 27 puntos, Tatum, con 26, y Smart, con 24 , fueron las grandes figuras y máximos anotadores de la franquicia de Massachusetts, que volverá a jugar ante su público este viernes, con el objetivo de estirar la ventaja y quedar a solo una victoria del anillo.
Por su parte, a los Warriors no les bastaron los 31 puntos de Stephen Curry, ni tampoco los 25 de Klay Thompson. Además, sufrieron el escaso aporte de otra de sus estrellas, Draymond Green, quien dejó la cancha a cuatro minutos del final por acumulación de faltas y que apenas sumó dos puntos, cuatro rebotes y tres asistencias.
"Tuvo un partido difícil, pero confío en Draymond tanto como en cualquiera", declaró en conferencia de prensa el entrenador Steve Kerr, que no dio precisiones respecto del estado de Curry, quien no completó el partido por el dolor en su pierna izquierda que le provocó una disputa con Al Horford.
Asimismo, analizó: "Los rebotes ofensivos nos mataron. Ellos anotaron más de veinte puntos con segundas oportunidades. Nosotros tuvimos posibilidad para recortar distancias, pero ellos capturaron los rebotes ofensivos y esos fueron importantes".
Los Celtics dominaron por completo el compromiso salvo en el inevitable acelerón de los Warriors en el tercer cuarto, en el que Curry brilló con 15 puntos y cuatro triples para poner a su equipo por delante en el marcador.
Esta vez, a diferencia del último partido en San Francisco, Boston resistió la embestida y, de la mano de Tatum, volvió a tomar el control del juego y pudo ponerse otra vez en ventaja.
"No podemos alegrarnos demasiado. Tenemos que estar preparados para el siguiente partido. Sabemos que van a salir extra agresivos", advirtió Tatum de cara al próximo enfrentamiento.
La crónica del partido
Había advertido Jaylen Brown que su prioridad era saltar a la pista a jugar, sin fijarse en presiones o provocaciones rivales, y su comienzo no pudo ser mejor. Arrancó con dos triples consecutivos y enseñó el camino a los Celtics con 17 puntos en el primer período, con un tres de cuatro en triples.
En un Garden completamente teñido de verde, y hambriento de gloria tras una espera de doce años para ver a su equipo de nuevo en unas Finales, Brown y Horford dominaron los compases inicial. El dominicano, primer finalista de la NBA de su país, se lució con un gran trabajo defensivo y una potente volcada para el 26-11.
Superiores en ambos lados de la cancha, los Celtics se escaparon hasta los 18 puntos de margen en el 54-36, liderados por un Tatum que participó, ya sea anotado o asistiendo, en 12 puntos seguidos de su equipo.
Steve Kerr pidió tiempo muerto para reorganizar las ideas de su equipo. Y pese a los evidentes apuros iniciales, los Warriors enseñaron la jerarquía de una franquicia que estuvo en seis de las últimas ocho finales, ganando tres de las anteriores cinco.
El propio Curry colocó a su equipo a siete puntos de distancia y fue mérito de la competitividad de Horford y Brown que los Celtics consiguieran frenar esa reacción e irse al descanso con 12 valiosos puntos de ventaja (68-56).
Pero cuando la eficacia del local disminuyó, los Warriors no perdieron la ocasión para contraatacar, con un parcial de 12-0 liderado por Curry, que con una jugada de cuatro puntos le dio a los californianos la primera ventaja en el 83-82.
Marcus Smart y Grant Williams contuvieron ese empuje y mantuvieron por delante a los suyos (93-89) hasta el cuarto período. En ese último cuarto, el 9-2 inicial con triples de Smart volvió a cargar de entusiasmo al Garden y a poner doble dígitos de distancia con los Warriors.
A falta de cuatro minutos y siete segundos, Green sumó su sexta falta y se retiró expulsado. El Garden celebró su salida de la cancha tanto como lo hizo, poco después, cuando se consumó la victoria de los Celtics.
Con información de EFE.
