Del 1 al 10, la dificultad es 9. La búsqueda del reemplazante de Julián Álvarez es compleja y más allá de la danza de posibles nombres y el revuelo que generó el llamado de Francescoli por Luis Suárez, la realidad preocupa: a River le están costando tanto las negociaciones al punto de que todavía no logró recuperar a un jugador que le pertenece como Lucas Beltrán. Y pensando en el desarrollo de la Liga Profesional y sobre todo en los octavos de la Libertadores, se viene una reunión decisiva.
Marcelo Gallardo esperaba al delantero hace una semana, pero Colón se aferró a la letra de molde del contrato que firmó con el CARP por el que el cordobés puede ser repescado de su cesión a partir del 1° de julio. Ante esta situación, por estas horas volverá a producirse una charla entre José Vignatti y Matías Patanian para poder destrabar su salida.
Desde Núñez esperan que Colón acepte prologar en el tiempo la plusvalía del 5 % de una futura venta como compensación y que el Vikingo se sume a los entrenamientos a lo sumo a principios de la semana que viene. Y es que el domingo se juega el clásico santafesino y Beltrán es una fija para Falcioni. De esta manera, podría ser inscripto en la Copa Libertadores: si juega la ida de octavos para el Negro, ya no podrá participar en esta edición.
Así está reflejado en el reglamento del torneo: el punto 3.7.4.1 inciso C establece que “un jugador no podrá ser inscripto para la Fase final por más de un club”. Por lo pronto, las dos partes entienden que existe un plazo límite ya que el 25 de este mes, las instituciones deberán presentar en Conmebol sus respectivas listas de buena fe.
En River entienden que si el Sabalero procede a anotar a Beltrán esto equivaldrá a una ruptura de las relaciones que hasta aquí eran cordiales y de mutua colaboración. Y, por supuesto, se recapturará al 9 independientemente de que no esté disponible para la CL. La novela está muy cerca de terminar y en Núñez crece la expectativa de que sea un final feliz.
Fuente: Diario OLÉ