La pizza, esa mezcla de harina, tomate, queso, aceitunas y especias tiene su "día mundial" y se celebra este miércoles, como cada 9 de febrero.
Una de las comidas más populares del mundo, nacida en Italia hace diez siglos, cruzó todas las fronteras imaginables y se transformó no solo en una opción gastronómica sino también en un hecho cultural.
De pie durante un descanso laboral o alrededor de una mesa con amigos, la pizza es parte de la vida cotidiana y tiene su representación en la música y la pantalla grande.
La Argentina y, particularmente la ciudad de Buenos Aires y el Conurbano, tienen una marcada tradición en la elaboración y el consumo de pizza.
El historiador británico John Dickie en su libro Delizia se refirió a dos características que la hacen única: la posibilidad de comerla al paso, y que, al menos cuando se escribió el texto, era accesible y permitía saciar el hambre de quien la consumiera.
A la piedra o al molde, de muzzarella, fugazetta, artesanal o producida en serie, la pizza no parece tener límites a la hora de la creatividad.
La oferta actual que se exhibe en carteleras y redes sociales incluye una cantidad de ingredientes que nada tiene que ver con la receta original que crearon en Italia para aprovechar algunos pocos ingredientes que podían estar al alcance de cualquiera.
La muzza hecha canción
“De anchoa, de muzzarella, con palmitos, jardinera, con ananá, con dulce de batata, con cualquier cosa que le quieras poner”, popularizó el excomediante Alfredo Casero antes que terminara el Siglo 20.
Los Auténticos Decadentes optaron por una cita más tradicional cuando escribieron “Me traté de alejar del camino del mal, navegando en la tormenta de la angustia espiritual. Pero nunca pude abandonar la pizza con faina”.
En una línea similar los músicos de Memphis la Blusera le dieron fama a un pequeño local del barrio porteño de Floresta: “En la universal, fin de la noche. Moscato, pizza y fainá, moscato y pizza…”
La redonda en la pantalla grande
El cine siempre tuvo un espacio para las grandes cortadas en ocho porciones. Marty McFly (Michael Fox) comió algunas con su familia en Volver al futuro 2 y John Travolta masticó dos porciones juntas en Fiebre del Sábado Noche.
Las Tortugas Ninja enloquecían frente a las cajas de pizzas con queso extra derretido y hasta el mismísimo Freddy Krueger genera miedo cuando mueve las cuchillas de su mano mientras mira fijamente una grande con rodajas de longaniza que mutan en pequeños rostros aterrorizados.
“Vamos a comer unos triángulos”, decían los protagonistas de “Pizza, birra faso”, la ópera prima de Adrián Caetano y Bruno Stagnaro, que reflejó la marginalidad del centro porteño en el final de los años 90.
El director Spike Lee fue un paso más allá y en su película “Haz lo correcto” ubicó en una pizzería el epicentro de un levantamiento popular antirracista de la ciudad de Los Ángeles.
Fuente: Télam