Nada de muñecos pinchados, sapos enterrados o tijeras clavadas. Por más que la vuelta, esa esperada estrella y la Copa se levantó a cientos de kilómetros en el Bicentenario de San Juan, quedó al descubierto después de 116 años que ninguna brujería frenó el grito popular de Colón en Santa Fe: ¡Campeón!. Eso sí, luego de la recorrida exclusiva de El Litoral se pudo comprobar que lo que había por todos lados ahí abajo eran malezas, imperfecciones y esa palabrita que todos repetimos sin saber qué es: "kikuyo". En síntesis, demasiada noble la vieja grama del Cementerio de los Elefantes que soportó de todo: desde la pisada ricotera hasta esa "Sangre que se llevó el río…" con el Salado y la dolorosa inundación.
Carlos Lazzaroni, de 57 años, es santafesino y sabalero de alma. Dice que, como pasa con cualquier plantita de departamento, al césped hay que hablarle y quererlo. Más allá de su arenga, se especializó como Dr. en Microbiología, lo que le dio la herramienta para inocular distintas combinaciones que caminan a un solo lugar: esos famosos "10 puntos" que le pidió hace tiempo el propio presidente José Néstor Vignatti a modo de súplica. "El año que viene (por este 2022) vamos a jugar la Copa Libertadores de América como campeones del fútbol argentino, necesitamos un campo de juego a la altura", le dijo el presidente. "Necesito romper la cancha entera, dar vuelta todo, empezar de cero y tener 100 días de soledad", fue la respuesta.
El jueves 9 de diciembre de 2021, a las 8 y con el sol calentando, empezó la inédita e histórica remodelación del siempre llamado "verde césped". Las primeras imágenes, viralizadas en redes y captadas por drones, eran imponentes: los 105 metros por 70 sin nada de verde y con color amarillento furioso. Daba miedo verlo así.
La famosa quema o pulverización con poderosos herbicidas para eliminar las malezas se hizo en dos etapas de aplicación. El viernes 17 de diciembre del año pasado arrancó el llamado "corte vertical": seis pasadas. "En parte el terreno se muestra sin plantas y exceso de agua. Se realizó el trabajo con el aireador dos veces; el trabajo fue óptimo, y luego se pasó la rastra, sacando los restos de plantas desprendidas".
La Ingeniera María Demartini, mano derecha de Lazzaroni, explica a El Litoral que "el día 20 el agrimensor realizó las mediciones del terreno: se observó una diferencia de nivel entre el centro del campo y el extremo donde está el banco de suplentes de 40 centímetros y del otro lado otros 20 centímetro. Se continuaron los trabajos en la zona de los bajos del área, consiguiendo con la incorporación de arena nivelar el sector del campo. También se realizaron reiteradas pasadas de Top-dressing con el objetivo de emparejar la superficie del Green y modificar la capa superficial del suelo". En síntesis, la "caída" del piso del Brigadier era contundente y despareja.
"El riego por día es de dos horas y media, para que se continúe asentando y humedeciendo el suelo", agrega Álvaro Leites, dirigente sabalero afectado noche y día a la nueva alfombra del Cementerio. "Me pidió Vignatti que me ponga al lado de don Carlos y de la Ingeniera el tiempo que sea; así que acá estoy ", explica Alvarito a El Litoral.
La semana pasada, antes de la recorrida exclusiva del diario de Santa Fe, hubo un día clave: la germinación de la semilla denominada "Pasto bermuda Picasso". Mientras María exhibe una muestra desde una "bolsita de color rojo intenso", Carlos Lazzaroni explica: "Es un producto especial comprado en Holanda: allá cuesta 4 euros el kilo pero al momento de entrar a la Argentina se cotiza en 22 euros finales por cada kilo". El número impacta: se compraron 150 kilos en total, de los cuales 100 irán en este primer trabajo y quedará los otros 50 "por si las moscas, vio", dice Carlos.
En un alto del recorrido, junto al "Coto" Fernando Nicola (fotos e imágenes para redes sociales de El Litoral), llega la pregunta del millón. O, en verdad, la de los 100 días de soledad. Carlos Lazzaroni, acompañado por una de sus hijas y sentado en el mismo banco de suplentes donde un tal Eduardo Rodrigo Domínguez hizo historia, responde: "Hoy es 20 de enero, faltan sesenta días para que quede todo tapado de verde y diez puntos como me pidió Vignatti". El cálculo surge solo: en 60 días será 20 de marzo. Y ese día, por la séptima fecha de la Copa de la Liga, Colón recibirá a Unión en una nueva edición del clásico ciudadano. "Yo no será problema mío, yo voy a estar en Cuba", dice Lazzaroni a pura carcajada.
El dato, en modo gambeta del destino, es objetivo. Luego de dos éxodos a la cancha de Patronato, contra Godoy Cruz de Mendoza y Barracas Central, Colón estrenará su alfombra contra Unión. A la hora de los agradecimientos, don Carlos Lazzaroni, junto a su Ingeniera María Demartini, nombra especialmente al querido Gonzalo Insaurralde (fue nuestro amigo receptivo en Paraguay cuando El Litoral recorrió La Olla antes de la Sudamericana), ex cuidador y responsable de las canchas de El Quillá y Colón; hoy viviendo y trabajando en Asunción del Paraguay. También a Daniel Sposito, otra palabra verde autorizada. Y, obviamente, al presidente José Vignatti: "El Gringo me dio bolilla en todo lo que le pedí".
Así, a dos meses del derby, la cancha de Colón vivió todo en poco tiempo: quemazón total, arena como para fundar de nuevo Miami, agua, semillas de Holanda y el nuevo verde que nace. "Va queriendo", grita un tal "Petete" que maneja la apertura de grifos desde un celular. "En los campos que intervengo muchas cosas se manejan de manera satelital", dice Lazzaroni. El espectáculo del riego, con el sol cayendo, es cinematográfico.
Si bien el "estreno" doméstico será el clásico del 20 de marzo contra Unión, la fecha a la que apunta José Néstor Vignatti es otra. La nueva alfombra verde del Cementerio de los Elefantes espera su mejor función en años: Colón jugará la legendaria Copa Conmebol Libertadores de América 2022 como campeón del fútbol criollo. Será, en el copón del sorteo el 23 de marzo en Paraguay, "Colón de Santa Fe / Argentina 1″.
Aunque parezca Apocalipsis Colón, esa esperada función copera de la nueva alfombra en el viejo Cementerio de Elefantes con la Libertadores 2022 puede ser el último telón de la gran obra para un tal José. Y aunque él mismo repita "quizás ya es tiempo de marchar a casa", algo queda claro: su casa es ésta. Su casa es Colón.
Fuente: Darío Pignata – El Litoral