1) ¿Quién te puso Pelusa? Viene de chiquito. En todo barrio siempre había un Pelusa, y yo era el Pelusa de Versailles: era rubio y con el pelo finito.
2) ¿Te acordás el cantito de los hinchas de Vélez en 1980? Sí, claro: "Aplaudaló / aplaudaló / Pelusa es el arquero del Mundial 82″.
3) ¿Y qué pasó? Yo había estado en la Selección varias veces con Menotti, pero me fui al América de Cali en 1981 y perdí todas las chances. Entonces no era tan requerido el futbolista del exterior y menos el que estaba en Colombia.
4) ¿Tuviste reales expectativas de jugar algún Mundial? Siempre creí. En el 78 era muy joven, pero creía que podía estar en el grupo; en el 82 andaba muy bien, pero jugaba en Colombia; en el 86 todos decían que yo era el tercer arquero, pero apareció Zelada con las instalaciones del América de México para la concentración y me marginaron. Y en el 90 estuve hasta el último día en el grupo.
5) ¿Bilardo te explicó por qué te excluyó? Yo había estado en la Copa América 89 y fui a la gira de comienzos del 90 contra Italia, Mónaco y Guatemala. Seguimos entrenando hasta abril y me desafectaron un día antes de viajar a Italia. Fue Cancelarich.
6) ¿Bilardo te habló? Nunca me dijo nada.
7) ¿Alguna vez estuviste cerca de ir a Europa? En el 77, con apenas 21 años, un empresario me acercó un ofrecimiento para ir al Barcelona. Tenía que casarme con una española para obtener la nacionalidad porque no había cupo de extranjeros y después podía romper el vínculo. Era una cosa medio rara, así que preferí decirle que no y chau.
8) ¿Desde cuándo fumás? Desde los 14 años. Lo hacía a escondidas de mis viejos.
9) ¿También fumabas a escondidas de los técnicos? Sólo en las inferiores; en Primera no, si hasta había técnicos que me mangueaban fasos. Es que siempre cumplí al máximo con las exigencias que me proponían. De hecho, desde el día que debuté en Primera, en 1976, hasta el día de mi retiro en 1992, jamás fui suplente en un partido de club.
10) O sea que como jugador jamás conociste el banco de suplentes. Sólo en partidos de Selección. Ahora, que estoy sentado en la silla eléctrica, los estoy conociendo a fondo.
11) ¿Qué hacés si te enterás de que un jugador fuma? Nada. El jugador de hoy, ante tanta exigencia y tanto estrés, no se puede dar el lujo de una trasnochada u otra cosa, enseguida nos damos cuenta. Y eso puede ocasionar la pérdida del puesto.
12) ¿Cuál era tu mayor virtud como arquero? La personalidad. Con mis gritos manejaba bien el ordenamiento defensivo, y creo que fui un arquero parejo: no tenía partidos de 10 y 1, siempre era 6 o 7.
13) Tu ídolo de la infancia. El Gato Marín, Fenoy y, aunque no lo vi mucho, el gran Amadeo Carrizo.
14) ¿De qué club eras hincha de chico? De Vélez. Después, siempre fui hincha del equipo en que estuve. Pero el club del que uno es hincha no se cambia nunca, es como la madre.
15) ¿Por qué te gustaba usar buzos oscuros? Para confundirme con los fondos de las canchas, no quería que fuese tan visible mi presencia. Empecé en el 77, jugábamos mucho con el offside y eso me servía para que no me patearan de lejos, porque yo estaba adelantado.
16) ¿El fútbol lo heredaste de tu viejo? El jugaba mucho los picados del barrio y también lo hizo en Barracas Central. Jugaba atrás y bien, pero tuvo un problemita y sufrió una grave sanción. Creo que le pegó una patada en los huevos al árbitro.
17) ¿Muchas veces te dijeron Falcione? Muchísimas. Salía más fácil decir Falcione que Falcioni.
18) ¿Por qué los jugadores actuales no se quedan a practicar después de hora como antes? ¿Se perdió la pasión por mejorar? Es cierto, nosotros nos quedábamos siempre perfeccionando algo, quizás hoy las prácticas son más intensas, entonces los jugadores terminan cansados. Igual, tratamos de inculcarles a los más chicos esas cosas. Les decimos que la forma de corregir es con la repetición y que con la vorágine del trabajo uno no se puede detener en cada jugador.
19) ¿Seguís invitando a tus dirigidos a que te pateen en las prácticas? Muy esporádicamente. Los provoco para darle un tono más risueño a algunas cosas. Pero muy poco. Dejé el fútbol y no al revés, así que desde el día que me retiré habré jugado unas seis veces para los veteranos y nada más.
20) ¿Qué cosas les aconsejás a tus arqueros? La importancia de que les marquen a los defensores y a los volantes lo que va pasando en el partido.
21) El gol más bobo que te hicieron. En un Vélez-Racing del 80, creo. El sol caía enfrente, pateó Zavagno desde la mitad de la cancha, no vi la pelota, me tiré para un lado y la pelota fue al otro. Me salvó la foto de El Gráfico: ahí la gente de atrás del arco estaba mirando haciendo visera sin gritar el gol.
23) ¿Por qué te retiraste joven, a los 34? Había pasado 16 años de mi carrera jugando en dos clubes: Vélez y América; y en 18 meses estuve en tres equipos: Gimnasia, Vélez y Once Philips, y no me pareció bueno darle un final así a mi carrera.
24) ¿Por qué estudiaste periodismo? Cuando me retiré sabía que me quedaba cuerda pero no tenía motivación. Lo hice en el Once Caldas, que entonces se llamaba Once Philips, y enseguida me metí en el curso de DT. Como no salió nada, estudié periodismo para mirar el fútbol desde otra óptica. Apenas me puse a estudiar, en el 96, me llamó Tardivo para que lo ayude en Atlanta. Ahí arrancó mi carrera. Igual, el curso de periodismo lo terminé.
25) ¿Cómo ves al periodismo deportivo argentino? Se busca demasiado el problema, se destaca más el error que el acierto.
26) ¿En Atlanta empezaste como ayudante de campo? No, como el último orejón del tarro: preparador de arqueros en inferiores. Después agarró Rogel la Primera y me permitió estar más cerca del plantel profesional (96); vino Daniele y me puso como un segundo ayudante de campo y como espía de rivales. Así que todos esos dibujitos y flechas que tuve que hacer, después me sirvieron mucho. A fines del 96 se fue Daniele, yo también, y a los 20 días me llamó Pascuttini, que había sido compañero mío en el América, para que me sumara a las inferiores de Vélez con los arqueros. Cuando agarró Bielsa, me pidió que le arme un selectivo con la Tercera y la Cuarta, y fui el técnico. Tuve un par de interinatos en la Primera y cuando se fue Manera en el 99 quedé al frente del equipo. Después, un año sin trabajar, y al final Olimpo y Banfield.
27) ¿Cuánto de suerte y cuánto de mérito hay en una definición por penales? Yo diría 40% mérito de los ejecutantes, 40% mérito de los arqueros y 20% de suerte.
28) ¿Por qué los equipos de Bianchi ganaban siempre esas definiciones, hasta la última? Porque son fuertes psicológicamente, seguramente Carlos le sacaría la responsabilidad.
29) ¿Cómo se saca esa responsabilidad? "Andá a patear, que pase lo que pase la responsabilidad es mía, porque yo te elegí". Supongo que con esas palabras Bianchi entonaría a sus ejectuantes.
29) ¿Un arquero no siente presión en una definición por penales? Presión no, pero sí está tensionado por tratar de ser importante para el equipo conteniendo algún penal. Es clave la concentración. En realidad, el arquero debe estar concentrado los 90 minutos porque juega contra 21 rivales.
30)¿En qué momento decidís dónde tirarte en los penales? Con el tiempo uno gana experiencia y maneja algunos movimientos para llevar al ejecutante a que patee donde uno quiere.
31) ¿Qué sentiste en la definición América-Argentinos, por la final de la Libertadores 85? Que habíamos hecho méritos para ganar, que no pude atajar ninguno, que Vidallé atajó uno y perdimos.
32) ¿Por qué empezaste a patear penales? Veníamos de una racha de penales errados, y contra el Quindío nos dieron un penal en el minuto final. Como estaba la pelota puesta y nadie se acercaba, le pedí permiso al técnico, y me lo dio. Lo metí, y seguí hasta que erré uno y volví al final de la cola.
33) ¿Chapeás con los dos penales que le atajaste a Maradona en un partido? Eso fue un accidente del fútbol. Fue el día soñado por cualquier arquero: 1-0 y dos penales atajados. Y encima al Diego de Argentinos, que estaba en todo su potencial. También atajé dos en un partido contra Nacional, en Medellín, en 1987, y ese triunfo nos dio la clasificación a una nueva Libertadores.
34) ¿Te cruzaste a Diego alguna vez después de los penales? En la Selección. Me dijo: "¿Te acordás, Pelusa, que me atajaste dos penales un día?". Le contesté: "Claro, vos te podés olvidar; yo nunca en la vida". Sin ninguna duda, él es el Pelusa más famoso.
35) ¿Un técnico debe saber más de fútbol o de grupos? Las dos cosas van de la mano. Para elegir once y plantear una táctica hay que saber de fútbol. Y después debe respaldar las decisiones que toma, siempre a favor del grupo, para protegerlo, potenciarlo y para que haya respeto entre los integrantes del grupo. Si no tenés las decisiones y la conducción clara, el grupo se te va de las manos.
36) ¿Cuánto duran tus charlas técnicas y en qué hacés hincapié? Las del día del partido duran 20 minutos y se basan en las marcas, en las zonas donde podemos sacar una ventaja, la barrera, pelotas paradas. También algo motivacional, con vértigo, para que el jugador entre metido. El día anterior tenemos una charla de una hora, en la que se destaca lo bueno y lo malo del adversario. Para eso, Esteban, un colaborador, prepara un compacto de los últimos tres partidos del adversario, que dura 25 minutos. Eso lo veo con los jugadores, y se agrega todo lo que vamos charlando en la semana, de corregir cosas que pasaron y cosas por venir.
37) ¿Qué es lo primero que hacés cuando llegás a un club? Plantear mis expectativas, ver el grupo de jugadores que hay y qué falta. Lo raro del fútbol de hoy es que salvo cinco o seis instituciones, te encontrás con equipos móviles, donde se van quince y vienen diez. Hay que buscar los jugadores de acuerdo con la táctica que uno quiere. Si vas a trabajar con línea de tres, por ejemplo, necesitás carrileros. El jugador debe saber desde el arranque de qué va a jugar. Si tenés las ideas claras y elegís los jugadores de acuerdo a eso, es más sencillo para todos.
38) ¿Armás el equipo de atrás para adelante o al revés? De atrás para adelante, sin dudas. La solidez nace desde atrás, a pesar de que cuando encaramos los partidos hablo de adelante para atrás, porque el trabajo empieza con los delanteros.
39) ¿Látigo o franela con los jugadores? Látigo y franela. En un grupo tiene que haber una convivencia, dentro de esa convivencia debe haber reglas y dentro de esas reglas, elasticidad.
40) ¿Menotti o Bilardo? Trabajé con los dos… y me gusta Bielsa.
41) ¿Fillol, Gatti o Chilavert? Fillol fue el más grande en su época: había que matarlo para hacerle un gol. Y Chilavert es un monstruo por personalidad y manejo. Además lo conocí y me pareció una persona bárbara. Una mezcla de ellos dos.
42) ¿Por qué te quedaste diez años en Colombia? ¿No te motivaba dar un salto a otro fútbol? Yo fui al América pensando que iba un año, pero me encontré con un club de jerarquía, en un gran momento del fútbol colombiano, con muchas figuras. Hugo alguna posibilidad de Europa, pero no me quisieron vender, porque era la imagen del club.
43) ¿Conociste a los capos del Cartel de Cali? Teníamos relación permanente. Cuando a mí me contrataron, vino Miguel Rodríguez Orejuela, no sé si era el jefe del cartel o no, pero estaba siempre.
44) ¿Alguna vez viste algo raro? Para nada, siempre estuvimos al margen. Lo máximo que vimos fue una escuadrilla de protección cuando él venía.
45) ¿Nunca tuviste miedo a los atentados? Sólo un poquito en el 89: al término de un partido mataron al juez de línea. Era un América-Independiente Medellín. Fue mi último partido.
46) Tu compañero que mejor le pegaba a la pelota. El paraguayo Battaglia, también el peruano Cueto y Carlitos Ischia… hasta que se rompió el tobillo. Después, ya no le podía dar chanfle.
47) ¿Te quedaste con ganas de jugar en algún club? Tuve la oportunidad de jugar en River y en Boca. En el 81, cuando se hizo lo de Diego, estuve reunido con la gente de Boca pero Vélez ya había firmado con el América. Y en el 84, siendo Cubilla DT de River, como venía de Colombia, pidió a Alfaro y a Falcioni. Al final, sólo se hizo lo de Alfaro.
48) ¿Es cierto que Ochoa Uribe te quiso nacionalizar colombiano? Sí, para la eliminatoria de México 86, pero como había gente que no estaba de acuerdo, sobre todo el periodismo, que quería que jugara gente del país, tomé la decisión de no nacionalizarme. Ya estaba todo listo para que llegara a la concentración 48 horas antes del partido, incluso Ochoa ya me había dicho que si no quería jugar contra Argentina en Buenos Aires, no jugaba. Pero bueno, era apostar todo por una carta que no me iba a beneficiar.
49) ¿Por qué empezaste de arquero? Porque me sentía cómodo y creía tener condiciones. Con edad de Séptima, López y Cavallero me catapultaron a entrenarme con la Tercera.
50) ¿Por qué se decía, entonces, que era el puesto del boludo? Porque es un puesto que no cualquiera está capacitado para ocupar. Son muy pocos los que pueden opinar sobre el arco. Para mí fue la felicidad, yo disfrutaba muchísimo en el arco y cuando me metían un gol, me reía, lo tomaba como algo natural. Hoy sufro los partidos y pongo cara de culo.
Fuente: Diario El Litoral.-