Dicen que una imagen vale más que mil palabras. En este caso, hubo palabras y también hubo imagen. Este mediodía, en Casa de Gobierno, el presidente Alberto Fernández, hincha efervescente de Argentinos Juniors, recibió al ex titular de la institución, Luis Segura. El motivo, el regalo por parte del ex dirigente a su amigo Alberto del buzo verde con el que en 1981 Mario Alles le atajó el penal a Eduardo Delgado. Ese tiro desde los doce pasos fue clave en el recordado triunfo ante San Lorenzo, en el que el Bicho se salvó del descenso y los cuervos perdieron la categoría.
La foto tomada en el despacho presidencial de Balcarce 50 sería una foto meramente futbolera si no fuera por sus protagonistas y por la actualidad de rosca intensa que vive por estas horas el fútbol argentino. Alberto eligió fotografiarse con Segura y su hijo Luis Fernando y con Daniel Guerra, nada menos que a dos días de que fracasara el intento del presidente de Argentinos Juniors, Cristian Malaspina, para remover a Marcelo Tinelli de la conducción de la Liga Profesional de Fútbol. La foto es justamente con las tres personas que más urticaria le generan a Malaspina en el club y a quienes apunta por estar detrás de diversas embestidas de la oposición. Y, además, el Presidente eligió postearla desde su cuenta personal de Twitter.
Según pudo saber Doble Amarilla, Malaspina recibió un mensaje claro desde el Gobierno para que desistiera en su intento por defenestrar a Tinelli. El recado lo recogió el fin de semana pasado luego de que en el Ejecutivo digirieran y terminaran de entender el golpe institucional que se estaba gestando desde la Nochebuena. Sin embargo, Malaspina decidió no acatar el mensaje y avanzó el martes en una reunión informal en la que insistió con remover a Tinelli. No obstante, se encontró también con el revés de la mayoría de los clubes, que se mostraron disconformes con la conducción de Tinelli, pero que se negaron a avalar un golpe.
¿Puede ser leída la foto como un mensaje directo a Malaspina?, preguntó Doble Amarilla a una fuente con acceso recurrente al despacho presidencial y con quien suele dialogar del fútbol. La respuesta fue un contundente: “Sin dudas, es un mensaje y bien concreto”. Ya este medio había contado que el Presidente no sólo no avalaba esta embestida, sino que además había expresado una visión muy crítica respecto al fútbol argentino. “Alberto ya lo dijo que ve al fútbol desordenado. Pero también le preocupan hechos que sucedieron este año y que dañan al fútbol”, asegura la fuente.
La rosca en la Liga apunta a resolverse el 11 de enero cuando tenga lugar la reunión convocada por Tinelli. Allí, el conductor ya dio a entender que hasta podría haber un llamado a elecciones en caso de que la mayoría de los clubes lo pida, algo que parece probable. En el fútbol, entienden que la premura navideña de Malaspina (hoy vice primero de la Liga) por derrocar a Tinelli se debe a que era la única chance que tenía de asumir directamente él la presidencia de la LPF. Ya con una llamado a elecciones y unos 45 a 60 días de campaña, sus chances se diluyen. De hecho, muchos clubes no estaban de acuerdo con que Malaspina se autoproclamara y prefieren buscar otro candidato de consenso. Alguien que asesora a Malaspina le adviertió en las últimas horas que cometió un error estratégico y le recordó un viejo axioma de la política que parecía desconocer: “El que saca nunca pone”.
Fuente: Doble Amarilla