Después de 63 años y casi cuatro meses, el electorado santafesino regresará a las urnas para definir los 69 convencionales constituyentes que modificarán parte de la Carta Magna sancionada el 14 de abril de 1962.
Será la primera elección argentina de 2025, proceso electoral que finalizará en octubre con la renovación de la mitad de la Cámara de Diputados y un tercio del Senado de la Nación. En el medio, CABA y varias provincias resolvieron desenganchar las elecciones locales de las nacionales.
El resultado electoral del 13 será mirado por todo el país político ya que Santa Fe representa uno de los principales distritos en peso electoral. Pero además gobierna un ecléctico frente electoral encabezado por el radicalismo que volvió a la Casa Gris después de 60 años.
Enfrente tendrá a La Libertad Avanza en su primera experiencia provincial y un justicialismo dividido en al menos tres sectores. Otros siete frentes o alianzas también conforman la oferta electoral, varios de ellos con chances de sumar convencionales.
El umbral fue establecido en el 2,5% del padrón, unos 71 mil votos. Es decir, quien obtenga ese piso entrará en el reparto del sistema D’Hont por las 50 bancas.
Con encuestas en observación por el generalizado rechazo a responder telefónicamente y con pocos trabajos de campo, gran parte de la política parece navegar a ciegas hacia el acto comicial.

El oficialismo
La principal incógnita electoral la tiene el gobierno. Unidos sabe que el gobernador Maximiliano Pullaro a la cabeza de los candidatos a convencionales no alcanzará la cifra superior al millón de votos de septiembre de 2023.
En Casa Gris hay confianza y en la última semana insistirán mucho en la obligatoriedad de la elección. Entienden que los desencantados con Pullaro van a ir a expresar el rechazo en las urnas y deberán optar entre varios candidatos. Docentes y un sector de estatales son los más activos en redes sociales pidiendo el rechazo al voto del gobernador.

No obstante, hay un extenso e intensivo trabajo territorial que viene realizando Unidos desde hace varias semanas. El propio ministro de Gobierno, Fabián Bastia, recorrió varios veces los departamentos para reuniones con autoridades municipales y comunales. Lo hace siempre acompañado por legisladores del oficialismo. Es solo un ejemplo.
La apuesta es que las listas locales -muchas de las que no competirán el domingo por falta de internas- trabajen para traccionar el voto hacia arriba.
El objetivo de Unidos es llegar a los 35 convencionales, llave para la reforma constitucional porque le aseguraría la mayoría a la hora de votar.

La oposición
En el justicialismo hay moderado optimismo. La primera gran duda electoral es qué frente será el más votado. Marcelo Lewandowski (Activemos) o Juan Monteverde (Más para Santa Fe). Ambos están expectantes.
La incógnita es si en la convención actuarán en conjunto o irán por caminos separados como en la campaña. Otro justicialista, Roberto Sukerman (Pais) juega la patriada de llegar al umbral y sentarse en la mesa.
Lewandowski realiza su tercera campaña provincial y encabeza un frente donde además del ex socialista Rubén Giustiniani, logró sumar a intendentes justicialistas, dirigentes gremiales e independientes. Monteverde, en cambio, desde un partido distrital rosarino, encabeza la oferta oficial del peronismo santafesino.

¿Servirá la elección para empezar a unir al justicialismo aún golpeado por la pérdida del gobierno provincial y de muchos municipios y comunas en el 2023?. Omar Perotti habilitó la reforma de la Constitución en la Cámara de Diputados pero luego decidió no participar de la elección.
Tampoco están los principales dirigentes de su sector en las boletas. Ahora espera el resultado electoral y entiende que hacia el 2027, la provincia se disputará entre tres grandes frentes electorales.
Hay optimismo en La Libertad Avanza que tendrá su debut electoral en una elección santafesina. Logró dos diputados nacionales de la mano de Javier Milei pero no estuvo en las boletas electorales del 2023. ¿Cuánto pesa la marca?. “Para nosotros es todo ganancia” repiten sus dirigentes que cerrarán el martes la campaña en Santa Fe con Patricia Bullrich y Karina Milei.
El oficialismo nacional trabajó fuerte el concepto de unicameralidad para hacerse sentir en los dos grandes centros urbanos donde el rol del Senado se diluye. No importa que el tema en sí no esté habilitado, vale como eslogan.

¿El avance de La Libertad Avanza le quita votos a Somos Vida y Libertad (Amalia Granata)?. También allí están presentes las diferencias entre Nicolás Mayoraz y Granata que en 2019 llegaron en una boleta común, con el pañuelo celeste, a la Legislatura y a los pocos meses tomaron caminos diferentes. Parecen competir por el mismo electorado.
El Frente Amplio Progresista apuesta a ganar votos entre sectores de izquierda y votantes arrepentidos de Unidos. No pocos candidatos del sector formaron parte de los gobiernos del Frente Progresista.
La izquierda tradicional (Frente de Izquierda Unidad); una mediática boxeadora (Frente de la Esperanza); pueblos originarios (Confluencia Santafesina) más Acuerdo Ciudadano y el Partido Moderado, completan la oferta en la boleta.
De esa boleta con doce listas saldrán 50 convencionales. Los restantes llegarán uno por departamentos con historias políticas propias en cada uno de ellos.
Resta la última semana de campaña que además se encontrará con el paro de la CGT del jueves, justo en el día de cierre.