La Empresa Provincial de la Energía tiene previsto dedicar unos 2.500 millones de pesos al rubro "Reducción de Pérdidas No Técnicas", un eufemismo que involucra tanto al hurto de la energía por parte de clientes regulares que mediante mecanismos fraudulentos utilizan la energía eléctrica sin pagar y a los casos que podrían considerarse de tipo social, en hogares marginados que tienen conexiones directas ilegales.
La expresión es más que conocida en el sector eléctrico y tiene su explicación. Se trata de aquellos kilovatios que las empresas distribuidoras de energía (como la Epe) no logran facturar y que no corresponden a los que se consumen en forma de calor como sucede en todo sistema eléctrico, aún en los más eficientes.
El dato se desprende del extenso informe técnico presentado en diciembre de 2024 con motivo de la audiencia pública en la que la Epe presentó un pedido de aumento de su tarifa, concedido por el Poder Ejecutivo Provincial, del 28% promedio para los usuarios residenciales. Allí se expusieron los aumentos de los costos fijos para la compañía eléctrica, se trazaron previsiones sobre ingresos y egresos y se comprometieron inversiones.
En esto último, el dato saliente es que el 75% de las inversiones a realizar provienen de fondos propios y el restante 15% se explica por financiación externa (créditos), recursos del Tesoro provincial y la recaudación del fondo especial para la electrificación rural.
Pérdidas "no técnicas"
En ese panorama llama la atención el monto asignado al rubro para enfrentar las pérdidas "no técnicas". De acuerdo con lo que El Litoral pudo conocer de la propia empresa, buena parte de esas cifras proviene de la compra de cable preensamblado. Se trata de un material útil para prevenir las conexiones domiciliarias o en redes directas, es decir, de enganchados a las redes. Y también para asegurar la provisión del servicio en mejores condiciones de confiabilidad que el cableado tradicional por líneas, también aéreas, pero separadas entre sí.
En el caso en cambio del preensamblado se trata de una suerte de trenza de conductores eléctricos, con un alma que es un cable flexible, capaz de ser extremadamente tensado, que le da mejores condiciones para resistir ante las tormentas, las ramas y hasta algunos árboles caídos.
Balance y presupuesto
El rubro pérdidas no técnicas tuvo a lo largo de 2024 ejecuciones en obras por $ 620 millones y lo previsto para licitar en el plan de obras de 2025 asciende a $ 2.413.940.000, lo que representa el 14,45 % de las trabajos y materiales a licitar.