A medida que se acerca el 5 de noviembre, el panorama electoral en Estados Unidos se vuelve incierto, con Donald Trump y Kamala Harris prácticamente empatados en las encuestas. Aunque la candidata demócrata presenta una leve tendencia favorable, Trump ha logrado reducir diferencias en los estados indecisos (swing states), un factor clave para la elección.
Las encuestas más recientes indican que ambos candidatos están empatados a nivel nacional, con las diferencias por debajo del margen de error. Este escenario se mantiene a pesar de acontecimientos significativos, como la decisión de Joe Biden de no buscar la reelección y la condena judicial que enfrenta Trump, la primera en la historia para un candidato presidencial.
La vicepresidenta Harris ha destacado por su notable recaudación de fondos y su éxito en superar a Trump en intención de voto, aunque por un margen estrecho. Sin embargo, algunas encuestas, como la del The Wall Street Journal, otorgan una ligera ventaja a Trump.
El electorado indeciso, crucial en esta elección, estará centrado en los siete estados en disputa donde la competencia es reñida. Con más de 200 millones de estadounidenses habilitados para votar, la clave estará en captar a estos votantes, especialmente en estados donde el ganador se lleva todo, como Pensilvania.
En la recta final de la campaña, ambos candidatos están intensificando esfuerzos para asegurar la mayoría de los delegados del Colegio Electoral, que definirán quién será el próximo presidente de EE. UU.