El Gobierno oficializó la eliminación de los cargos hereditarios en el Estado, medida que había sido anunciada por el ministro de Desregulación y Transformación del Estado, Federico Sturzenegger, el pasado viernes y que este lunes deseó "que sea un ejemplo para provincias y municipios".
"Por Decreto 959/24 el presidente Javier Milei prohíbe privilegios de sangre en la administración pública: artículo 16 de la Constitución que el peronismo siempre ignoró", indicó desde su cuenta de X el funcionario celebrando la determinación del Ejecutivo libertario, y agregó: "Espero sea un ejemplo para provincias y municipios".
El primer artículo del texto oficial estableció que "no se admitirá para acceder a un empleo en el ámbito del Sector Público Nacional en los términos del artículo 8º de la Ley Nº 24.156 ningún privilegio, ventaja o beneficio sustentado en vínculos hereditarios, cualquiera sea la modalidad de contratación".
El siguiente apartado fija que los órganos y entes del Sector Público Nacional "deberán adecuar la normativa correspondiente, en lo que resulte necesario" para asegurar lo dispuesto en el primero "dentro de los 30 días de la entrada en vigencia del presente" decreto.
La determinación libertaria había sido anticipada el último viernes por Sturzenegger y el vocero presidencial, Manuel Adorni, durante la habitual conferencia de prensa en la Casa Rosada: "El delirio que se está sepultando es parte de la lógica que reinaba hasta el 10 de diciembre y llevó a encontrarnos en la administración con, por ejemplo, empleados en ropa interior haciendo milanesas en alguna cochera de algún Ministerio o empleados con choferes".
"Los cargos públicos se asignan por mérito y esfuerzo individual. En esta Argentina, nadie tiene sangre azul", había agregado el portavoz.
Por su parte, Sturzenegger había recordado que uno de "los puntos centrales" de la Asamblea de 1813 fue la eliminación de la prerrogativa de sangre y afirmó que "sorprendentemente" persistían en en el sector público argentino hasta su reciente eliminación.
En simultáneo, un parte de prensa difundido por la cartera de Desregulación que él dirige, añadió: "Este ilógico privilegio colocó a los empleados públicos por encima del resto de los trabajadores de la Argentina. Pero, de ahora en más, quien ocupe un puesto en el Estado será elegido solamente por su idoneidad".
"Para decirlo con claridad, nunca deberían haber existido estas ventajas, porque la propia Constitución Nacional estableció en su artículo 16 que ‘la Nación Argentina no admite prerrogativas de sangre, ni de nacimiento’: no hay en ella fueros personales ni títulos de nobleza. Todos sus habitantes son iguales ante la ley, y admisibles en los empleos sin otra condición que la idoneidad", concluyeron.