Pasaron 228 días, 32 semanas y 7 meses que el pueblo sabalero lo consagró como el presidente más votado de toda la historia en las urnas. Como siempre, el dato mata al relato.
Con amores y odios, a la historia de Colón de Santa Fe en los últimos 30 años la define, la atraviesa y la sintetiza José Néstor Vignatti. El “Gringo”, “Flaco” o “Fideo” es la mejor fontosíntesis desde los ’90 del Menemismo hasta los “Milei-nials” de estos tiempos tiernos. Una quiebra, un estadio, un predio, un Salvataje, 50 partidos internacionales, una final de Sudamericana, una hermosa estrella en la noche de San Juan y un triste descenso en la tarde de Rosario. Vignatti es todo eso. El conteo marca 228 días, 32 semanas y 7 meses desde que asumió Víctor Francisco Godano en la “B”. A esta altura, Vignatti debiera ser pasado. “Ya fue”, dicen los pibes. Vignatti es, gracias a Godano, un muerto que no para de nacer.
Como dijo el gran Ernesto Cherquis Bialo (permiso Maestro y gracias por el honor: me regaló el mejor puntaje de un curso nacional de ADEPA) con Diego, no hay un solo Vignatti. Son varios Vignatti. El de la estrella y el descenso. El que achica el Salvataje y se entierra con Viatri. El que es admirado por hinchas y socios que van a su Comisión Directiva pero después lo padecen. El que vende Alario y saca el Quini; el que compra a “Wanchope” y se funde. Es un Vignatti y son varios Vignatti.
La nueva gestión populista, con las armas químicas de las redes sociales, va camino a los primeros nueves meses. Por lo visto hasta acá, más parto que embarazo.
Al decir del propio veneno que se tragaron (el de las redes y los videítos), lejos está Colón hoy en las calles, los posteos y en la cancha misma del famoso “Somos familia”. Si así se vive en familia, no quiero ni saber cómo la llevan los que están peleados.
A Godano el socio de Colón lo eligió como el presidente más votado de la historia con tres objetivos: 1) que lo devuelva a Primera; 2) que lo devuelva a Primera; 3) que lo devuelva a Primera. No creo que los socios, de manera inédita, lo hubieran votado para cambiar la bandera de un mástil. Mucho menos para que hagan una precuela de la misma novela.
Colón, que renegaba del egocentrismo de Vignatti (soberbia en el combo), decidió encarar el torneo más importante de los últimos años con la misma receta amateur: a pelo, sin asesoramiento profesional. Si bien Godano es el tercer jugador que más veces visitó la camiseta de Colón, vale recordar que el último partido lo jugó en 1992. Justo cuando asumía la presidencia de Colón quebrado y fundido un tal José Vignatti.
A esta altura no quedan dudas que la actual gestión en Colón priorizó lo administrativo, en modo financiera o banco digital, subestimando la gestión deportiva. Y no entendiendo que Colón es fútbol, fútbol y fútbol. Y que no volver a Primera en esta temporada es descender otra vez.
Es inentendible que, de cara al mercado de invierno y con chances reales (incluso, con indicios de flaquezas), Colón se haya reforzado con el tercer “9” de Chaco For Ever y con un todo-campista que había jugado diez partidos en un año. Además de echarlo por Twitter, nunca escucharon el pedido de Iván Delfino en cantidad y calidad.
Ahora mismo, con la gravísima lesión del goleador/mejor jugador que es Ignacio Lago, admiten que “pedimos el cupo extra en AFA pero vamos a esperar que aparezca algo”. A ese paso, lo único que va a aparecer es el CADU de local de nuevo en la primera fecha del 2025 en el Brigadier López.
La gente bautizó a Godano como el presidente más votado de la historia para que el “Bicho” devuelva el orgullo, la alegría, las sonrisas. Y para que le devuelva la categoría.
La realidad indica que todos los que se qusieron ir (Botta, Ábila, Perlaza, Battalini, los paraguayos, etc.) se fueron por un caño y todos a clubes de Primera. Peor lo de Garcés: libre al Alavés y con juicio en contra.
La temporada ingresa en una etapa determinante. Es plata o será mierda. No hacía falta despedir a Delfino por Twitter, tampoco reírse al presentar a De Paoli. Mucho menos darle al nuevo DT la camiseta alternativa para la foto: ¿no había roja y negra?.
El gobierno sabalero más votado de la historia, que subestimó la “B”, tiene en sus manos una reparación histórica: están a tiempo de no subestimar a cientos de miles de niños, mujeres y hombres que hacen de Colón uno de los clubes más populares del interior.
Al descenso, claramente, se fue Vignatti. Ya pasaron 228 días, 32 semanas y 7 meses. Pasaron dos entrenadores y dos mercados. Pasaron 27 fechas y Colón está quinto, a seis puntos de la punta.
La “Pregunta Godano”, en modo delivery para redes sociales: ¿le van a seguir echando la culpa a Vignatti en Colón?
Por Darío Pignata para SantaFeDeportivo.com, ElLitoral y RadioGol.com.ar
