El Millonario se había puesto en ventaja por otro gol del colombiano Miguel Borja, pero en 2′ y con un doblete de Poggi el Tomba lo dio vuelta. El DT Martín Demichelis cambió el esquema y puso tres centrofowards pero no logró rescatar ni un empate y se fue sin hablar con la prensa.
Luego del 2-2 con Lanús en el Monumental y la pálida imagen ante sus hinchas, River perdió y está en una crisis futbolística. Cayó el Godoy Cruz de Daniel Oldrá que lo dio vuelta en una ráfaga, se impuso 2-1 y logró su primera victoria en el campeonato. El Millonario no le encontró la vuelta, terminó jugando con tres Nros. 9, y sus hinchas, neutraales en Mendoza, reprobaron con silbidos y cantos.
River arrancó bien pero enseguida se desinfló. A los 11′ Miguel Borja, otra vez, abrió el marcador y puso al Millo al frente. El delantero colombiano corría y aprovechaba los pelotazos profundos.
A los 20′ tuvo para hacer el segundo tras ganarle la posición al defensor, pero apareció el ex-River Franco Petroli en el arco para salvar al Tomba.
Entonces llegó la ráfaga de los mendocinos, que tuvo un nombre: Vicente Poggi. River sufrió las pelotas aéreas y a los 26 y 28 lo dio vuelta el 25 del Tomba. En el final de la primera mitad hubo más acción, primero con una tremenda atajada de Franco Armani, que tendría mucho trabajo en el segundo, para desviar un tiro de Fernández. En tiempo cumplido del tiempo adicionado, Pablo Solari reclamó un penal por mano en el área de Luciano. Pero Herrera no la cobró, por ser después de un rebote, y el VAR no llamó a revisar.
En el ST Demichelis hizo entrar a Nacho Fernández y Adam Bareiro por Aliendro y Solari. Pero más allá de un remate de Nacho, a River le costó mucho generar peligro y sufrió en su área. Franco Armani tuvo que aparecer varias veces para evitar una caída más de su arco. Incluso Godoy Cruz merecía más comodidad en el marcador por todo lo que había generado.
En el cierre del partido, los últimos quince, el público de River que pudo ir al Malvinas Argentinas como ‘neutral’ se cansó y comenzó con las canciones para demostrar su malestar, como la clásica: «Jugadores…». Para los últimos diez, Micho decidió probar sumando gente en ataque y sacó a Mastantuono y Simón por Ruberto y Casco. Ni los tres nueves juntos le alcanzaron para rescatar un empate. Con la derrota consumada, eso se convirtió en silbidos de reprobación para el equipo y el cuerpo téncnico.
