“El día que pasó lo del gol de Newell’s se dieron cosas increíbles. Primero, esa pelota que termina en gol era algo que trabajo todos los días, una situación normal del juego. Segundo, era la primera vez que venían mis hijos a la cancha desde Buenos Aires y también mi vieja, con una situación especial: ella se había recuperado de un tercer ACV en su vida. Y pasa lo que pasó ese día, me quería morir. No quería ni tocar el celular, había muchos mensajes feos. Sólo pensaba…¿la gente piensa que me hice el gol a propósito?. De todos modos, dentro de este club hermoso que es Unión, ese error me hizo más fuerte…me ayudó a madurar de golpe”, dice Nicolás Campisi en una charla vía streaming. A los 27 años, después de terminar atajando, encara la segunda parte de la pretemporada con energía positiva.
Nutricionista, apoyo de coaching, pilates, un personal en el gym particular. Todo ese combo para “meterle” en el fútbol como le da para adelante con una vida que no fue color de rosas.
Por ahora, el arquero titular. Nicolás Campisi es el guardameta que seguramente se hará cargo del puesto luego de la partida de Sebastián Moyano.
Nicolás Campisi quiere quedarse en Unión.
En este parate, consecuencia de esas atajadas magistrales contra Godoy Cruz y contra Boca (logró el arco en cero en ocho partidos bajo los caños del Tate), le llegaron varias ofertas y sondeos, de varios clubes de la Liga Argentina. Pero, además, una chance concreta y formalizada para irse al exterior a progresar en dólares.
Asegurar un contrato lejos de Argentina o priorizar lo deportivo en Unión para pelearla en el día a día eran las opciones en medio del parate por la Copa América. En principio, más allá que a los dirigentes del Tate le bajaron la oferta por el arquero, Nico Campisi decidió no fallar al grupo, al cuerpo técnico y al club que le dio las chances en el competitivo fútbol argentino.
El futbolista, por lo que transmite su entorno, está convencido que este grupo de Unión terminará consiguiendo un objetivo deportivo importante, cuando termine la temporada allá por diciembre.
En el vestuario, junto a los líderes, se fue ganando el respeto en poco tiempo por su forma de manejarse. “Le toque atajar o le toque ir al banco, es un animal como empuja para el grupo”.
Ahora, como todo el grupo, arrancará la etapa 2 de la pretemporada en Funes, luego de los primeros exigentes días en Casasol.
A pesar que llegó lo que muchos futbolistas argentinos piden (la oferta salvadora en dólares para asegurar su futuro), prioriza lo deportivo, quedarse en Unión, honrar la palabra más la firma e ir “por algo importante como grupo”.
Por Darío Pignata para Radio GOL y El Litoral
