A casi seis meses de asumir al frente de la Casa Rosada, el Índice de Confianza en el Gobierno viene bajando de a un escalón por mes para Javier Milei, según un relevamiento de la Universidad Torcuato Di Tella.
Así, de un puntaje inicial de 2,86 en diciembre, bajó a 2,61 en enero, 2,57 en febrero, 2,56 en marzo y 2,45, el último, de abril.
De esta manera, el mandatario libertario quedó detrás en esta medición de sus dos antecesores, Mauricio Macri y Alberto Fernández, quien tras el mismo período al frente del Gobierno tenía 3,29 puntos de confianza.
Si los primeros 100 días de un gobierno se consideran una "luna de miel" con los electorados, la confianza en Milei quedó casi 10 puntos relegada respecto de la de Macri y nada menos que 25 puntos en relación con la dupla Alberto Fernández-Cristina Kirchner.
Es mayor el nivel de estabilidad de la actual Administración respecto de las anteriores, según surge de la serie del ICG de UTDT, lo que significa una menor sensibilidad de cambio mensual comparativa.
"Comparando períodos de inicio de mandatos, el ICG actual presenta mayores niveles de estabilidad en el intervalo entre diciembre y abril", explica el informe de la Escuela de Gobierno.
Es porque la diferencia entre el valor máximo y mínimo desde diciembre a abril es de 0,41 puntos en el caso de Milei, contra 1,34 puntos de Macri y 1,32 puntos de los Fernández.
El ajuste económico impactó en la visión sobre el Gobierno
Tras las fuerzas reformas económicas que llevó adelante en los últimos meses, las medidas de Milei tuvieron un impacto en las cifras de confianza. Hubo una visión negativa sobre la "Evaluación general del gobierno" (-13,6% respecto de marzo), "Preocupación por el interés general" (8,9%), "Eficiencia en la administración del gasto público" (-3,5%) y "Capacidad para resolver los problemas del país" (-4,9%).
Donde sí resultó positiva la ponderación de marzo fue en "Honestidad de los funcionarios" (8,1%).
La aprobación de le Ley Bases y el paquete fiscal, luego de diversas modificaciones, impactó sobre la percepción ciudadana acerca del rumbo del Gobierno, la recesión, consecuentemente del empleo, la pérdida del poder adquisitivo del salario y en especial de las jubilaciones por el efecto de licuación antes que por la aplicación de un programa explícito para la redistribución del ingreso.
Fuente: Ámbito