Argentina se encuentra enfrentando la peor epidemia de dengue en su historia, con un alarmante aumento en el número de casos y muertes. A pesar de que el invierno se acerca y las temperaturas comienzan a descender, las autoridades de salud advierten que el riesgo de contagio podría crecer en los próximos meses.
La directora provincial de Epidemiología, Carolina Cudós, explicó que “el ciclo de vida del mosquito Aedes aegypti, transmisor del virus del dengue, se ralentiza con el frío, pero no se detiene por completo. Los huevos depositados por las hembras pueden sobrevivir en recipientes con agua durante meses, y cuando las temperaturas aumentan nuevamente, eclosionan dando lugar a una nueva generación de mosquitos”.
Durante el invierno, es probable que los mosquitos busquen refugio en lugares más cálidos, como el interior de las casas, lo que aumenta las posibilidades de picaduras dentro de los hogares. Además, la relajación en las medidas de prevención, como el descacharrado para eliminar recipientes con agua estancada, podría facilitar la proliferación de mosquitos dentro de las viviendas.
Ante esta situación, la profesional instó a la “población a mantener las medidas de prevención durante todo el año, incluyendo la eliminación de recipientes con agua estancada, el uso de repelentes y mosquiteros, y la protección de los espacios interiores para evitar la entrada de mosquitos”.
La entrevistada resaltó que “la gente cree que se contagió de dengue porque fue al río, a la laguna, al Parque del Sur y estaba llenó de mosquitos, pero ese no es el mosquito que transmite la enfermedad”.
“El mosquito del dengue frecuentemente está dentro de nuestras casas o en el patio porque necesita el agua limpia para criarse. Se trata de un vector que es chiquito y vuela bajo, por eso muchas veces no lo vemos y pasa desapercibido”, remarcó Cudós.
A pesar del cambio de estación, el riesgo de contagio de dengue persiste en Argentina, y es fundamental que la población continúe con las medidas de prevención para combatir la proliferación de mosquitos.
Qué dice la OMS
El dengue es una enfermedad vírica que se transmite al ser humano por la picadura de mosquitos infectados, típicamente en climas tropicales y subtropicales de todo el mundo, sobre todo en las zonas urbanas y semiurbanas. El principal vector de la enfermedad es el mosquito Aedes aegypti y, en menor medida, Ae. albopictus, aunque en algunas regiones como Europa y América del Norte este último vector está más extendido.
Tal cual indica el reporte de situación mundial de la enfermedad, el virus tiene cuatro serotipos: DENV-1, DENV-2, DENV-3, DENV-4. La infección por uno de ellos proporciona inmunidad a largo plazo contra el serotipo en cuestión e inmunidad transitoria contra los demás serotipos, y las infecciones secundarias por serotipos distintos aumentan el riesgo de sufrir síntomas graves.
La situación en la provincia de Santa Fe
El Ministerio de Salud de la Provincia brindó una actualización de la situación epidemiológica. Desde el inicio del año hasta la semana epidemiológica 11, se confirmaron un total de 21,383 casos por laboratorio, lo que refleja un aumento significativo en comparación con años anteriores. Este incremento vertiginoso puso en alerta máxima a las autoridades de salud pública, quienes instan a la población a tomar medidas preventivas y a buscar atención médica de manera temprana ante la aparición de síntomas.
Los datos proporcionados por la Dirección Provincial de Epidemiología revelan que los casos se registraron en los 19 departamentos provinciales. El Departamento Rosario encabeza la lista con un alarmante 58.2% de los casos confirmados, seguido por La Capital con un 7.8%, Castellanos con un 5.4%, San Cristóbal con un 5%, Las Colonias con un 4.3% y San Lorenzo con un 4.1%. Estas cifras reflejan una distribución geográfica amplia del virus dentro de la provincia.
Los serotipos circulantes identificados hasta el momento son principalmente DEN 1 y DEN 2, con un caso aislado de DEN 3 en una persona con antecedentes de viaje a una provincia donde este serotipo está en circulación. La directora provincial de Epidemiología, Carolina Cudós, enfatizó que la cantidad de casos confirmados representa sólo una fracción de la realidad, ya que muchos pueden pasar desapercibidos si no son reportados adecuadamente por los profesionales de la salud.
"Es crucial que la población entienda la gravedad de esta enfermedad", advirtió la funcionaria. "El dengue no debe ser subestimado. Aunque la mayoría de los casos son leves y los pacientes se recuperan, lamentamos la pérdida de ocho vidas en nuestra provincia en lo que va del año. El promedio de edad de los fallecidos es de 43 años, lo que refleja que no es exclusivo de poblaciones vulnerables. Todos debemos tomar medidas preventivas".