Las petroleras sorprendieron en la mañana del viernes con aumentos de precios de hasta el 30% en las bocas de expendio de todo el país. De alguna forma las subas eran esperadas, pero no tan pronto y no tan pronunciadas. Tras los ajustes, los economistas recalcularon sus estimaciones sobre cuál será la inflación en diciembre.
En líneas generales, los expertos coinciden en que el aumento de la nafta y el gasoil impactará de lleno en productos de todos los sectores. La gran incógnita es cuán grande será el impacto y cuánto efectivamente se trasladará al consumidor final.
“Los combustibles tienen impacto variable en las distintas cadenas de producción. No inciden de igual manera en el rubro industrial, que en el rubro comercial o de servicios. Impacta principalmente en lo que se hace en industria y debe transportarse hacia los centros de consumo”, explicó el economista Sebastián Laza.
“En este caso, el traslado a precios va a ser importante. Hay estimaciones de que el índice de diciembre va a ser cercano al 20% mensual. Esto, teniendo en cuenta no solo la suba de los combustibles, sino también la inminente devaluación”, señaló el experto.
En este sentido, se debe tener en cuenta que muchos productos aumentaron hasta 50% en los último días, en gran medida anticipándose a los inminentes incrementos de costos, producto de la devaluación que anunciaría Milei.
También compartió su opinión Daniel Garro, economista de Value International Group. Las subas de precios -aclaró- son difíciles de estimar en Argentina, porque muchos productos y servicios no se han movido libremente durante los últimos meses o años, como los artículos incluidos en Precios Justos y las tarifas de los servicios públicos.
No obstante, Garro indicó que, como norma general, se estima que cada 5% de aumento de los combustibles, sube un punto el IPC. “Este caso no sería la excepción. Seguramente veremos el impacto en el IPC de diciembre, enero y febrero. Es muy probable que los precios de los combustibles sigan aumentando, porque van siempre de atrás, siguiendo a la inflación”, opinó el experto.
En concordancia con Laza, el economista sostuvo que es esperable que el IPC de diciembre ronde el 20% y que el mismo escenario se sostenga en el primer bimestre del año próximo. No obstante, aclaró que algunas subas podrían ser menores a las esperadas, dependiendo del nivel de demanda de parte de los consumidores.
“Si la gente consume menos, eso hará que algunos precios no suban tanto. Igualmente, yo siempre insisto en que el problema no es el aumento del combustible, ni la devaluación, sino la alta emisión monetaria”, agregó Garro.
Camilo Tiscornia, titular de T&C Consultores, consideró que el impacto directo de la suba de los combustibles sobre los precios de los alimentos y demás productos de la canasta básica “no es tan alto”, aunque aclaró que eso no significa que no se vayan a registrar incrementos asociados en las próximas semanas. “Más importante es el efecto sobre costos de otros productos”, afirmó.
Señal de alarma
Recién el 11 de enero se conocerá el resultado del IPC de diciembre. No obstante, algunas consultoras ya están midiendo el avance que los precios han tenido en los últimos días.
Desde LCG, miden los aumentos semanales en alimentos y bebidas. De acuerdo a un informe presentado por la consultora, las subas registradas en la última semana son las más altas de su serie histórica.
Desde que los economistas hacen la medición hasta hoy, nunca se dio en un período de siete días un incremento tan marcado de los productos del rubro alimenticio, lo que anticipa que también la inflación mensual será particularmente alta. “La suba promedia 12,3% en las últimas 4 semanas y 17,5% punta a punta en el mismo período”, señalaron.