Y mientras toda la ciudad de Santa Fe estaba este domingo paralizada por el clásico entre Colón y Unión, en el Club Sarmiento los nervios vibraban, y no era por el partido de fútbol. Es que allí se dirimía el destino de ese emblemático club de barrio de Candioti Sur, creado en la década del ‘30 y ubicado en calle Sarmiento 2958. Los socios votaban entre dos listas, la “Amarilla” y la “Verde”: la ganadora quedaría a cargo de la nueva comisión directiva.
Se había generado una situación cuanto menos controversial. Es que la lista “Amarilla”, “Salvemos al Sarmiento”, estaba integrada íntegramente con vecinos de la manzana, que toda la vida vivieron allí y disfrutaron del club en su época dorada. Todos sus integrantes estaban individualizados. Pero la lista “Verde” llevaba nombres de personas desconocidas, que no pertenecían a Candioti, sino a otros barrios.
Y este domingo ganó la “Amarilla”. Es decir, el club volvió a tener en su timón a gente del barrio, y que planea devolverle el brillo de décadas atrás, con actividades deportivas, recreativas, artísticas y culturales. Y además, volver a aquella hermosa tradición de que la gente lleve el tupper con su comida al patio cervecero, y que allí se “ahorre” pagar por la oferta gastronómica y sólo consuma los frescos lisos, con la temporada de verano ya muy cerca.
Votación
La votación se realizó desde las 9 hasta la hora 14. Hubo tres personas de la Inspección General de Personerías Jurídicas (IGPJ) de la provincia fiscalizando el evento comicial. De los 684 socios, se acercaron a votar unos 462. A las 16, una vez conocido que la lista “Amarilla” había ganado por una diferencia de 30 votos, sus integrantes llamaron a un cerrajero para cambiar todas las cerraduras de las puertas de entrada. Esto se hizo para evitar las intrusiones al local de personas no conocidas.
Y por la noche, mientras los televisores mostraban el primer debate presidencial, los ganadores se reunieron en el patio del club -son amigos y matrimonios con sus hijos; al menos dos generaciones unidas por un sentimiento, el Sarmiento-. Cada uno llevó su comida, unas cervecitas, armaron unas mesas y festejaron el triunfo. Fue debajo de la luna, como en el afiche de la película “Luna de Avellaneda”. Afortunadamente, la realidad no repitió el desenlace de este entrañable film dirigido por Juan José Campanella.
Día inolvidable
“Fue un día inolvidable para nosotros y para todo el barrio que nos acompañó. Ganamos las elecciones; pero era difícil, porque no sabíamos quiénes estaban del otro lado (de la lista ‘Verde’). Hoy somos la nueva comisión directiva”, puso en contexto, en diálogo con El Litoral, María Eugenia Cocco, integrante de la nueva conformación que tendrá la responsabilidad de dirigir los destinos del club barrial.
Ahora se viene un arduo camino para levantar la institución, en todos los aspectos. Sobre todo el edilicio: al Sarmiento le falta mucho mantenimiento, luego de muchos años de quedar en un suerte de semi abandono. Y más aún: en el marco del proceso de normalización, tras la intervención de la IGPJ, ahora se comienza de cero: se deberá hacer un nuevo reempadronamiento de socios. Y quedará algún que otro paso administrativo que cumplimentar.
Planes a un futuro inmediato
“El club está muy venido a menos, en lo que es el mantenimiento de sus instalaciones. Pero lo vamos a sacar adelante con mucho trabajo, porque tenemos el barrio a nuestro favor. Aquí nos conocemos mucho entre todos. ¡Y los vecinos van a volver a traer su propia comida! Esto más allá de que habrá alguna oferta gastronómica, seguramente”, contó Mario Sergio Fabrizi, otro de los titulares de la lista ganadora.
Consultado por los proyectos de la flamante comisión directiva para el club, el vecino explicó que ya se están solicitando aportes a algunas empresas locales. “La idea es lograr que se realicen actividades de todo tipo para los chicos, los adultos mayores y las familias, como ocurrió en su época dorada. Este tiene que ser un lugar de contención, unión y amistad para la gente del barrio”, subrayó.
"Cosas y gente rara"
“De la gente de la otra lista, nosotros contamos a seis personas que vinieron. Todas desconocidas por nosotros. Además, votaban y se iban. No se quedaban a seguir la votación. Eso nos dio la pauta de que no les interesaba de forma genuina el club. Hay intereses detrás que desconocemos”, apuntó Nicolás Fabrizi, hijo de Mario y vecino que defendió el Sarmiento.
Mónica Borge no puede con su entusiasmo, pero hace un llamado a bajar las ansiedades: “Ya hay un montón de ideas para desarrollar. Aún no terminó el proceso legal, así que pedimos un poco de paciencia a los vecinos. Vamos primero a lo importante: la infraestructura del inmueble, y la preparación del patio cervecero porque se viene el verano”, comentó.
“A la gente de los clubes de otros barrios que están pasando por una situación similar a la que que vivimos nosotros, con gente desconocida que se les quiere ‘meter’, nos ponemos a disposición para ayudarlos. Y decirles que se puede, nosotros pudimos, con la fuerza de los vecinos. Si hay unión, se logra”, subrayó Borge.
Al entrar el Bochas Club Sarmiento, se respira historia y sana tradición. A un costado, los antiquísimos videojuegos y flippers que fueron furor en los años ‘80, trofeos de lejanas competiciones ganadas, fotos de época… Afuera, el increíble patio cervecero con sus plantas florecidas, pero con las paredes descascaradas que deberán ser arregladas. En el fondo, el salón cerrado. Allí está todo para hacerse. Y todo indica que el destino que le espera a la institución será mucho más auspicioso que el triste derrotero que vivió en los últimos años.
Fuente: El Litoral